La clave para lucir una piel fresca y luminosa está en saber cómo limpiar la cara de manera adecuada y cuándo hacerlo.
Todas deberíamos incluir productos para limpiar tu piel en tu rutina de cuidado diario.
Limpiar adecuadamente permite que la hidratación sea más efectiva ya que, al eliminar las células muertas que se alojan en la superficie, se consigue que los productos penetren mejor y actúen más en profundidad tanto durante el día como la noche.
Pero ¡cuidado! El orden en el que aplicas los productos define cómo tu piel los absorber y el efecto que tendrán (o no).
La regla de oro a tener en cuenta es: aplica los productos en orden de textura más ligera a más densa.
LOS 4 PASOS ESENCIALES PARA UNA PIEL MÁS SANA
Paso 1: Limpia
Lo ideal es limpiar la piel dos veces al día: por la mañana para quitar el exceso de sebo que se produce al dormir y por la noche para quitar las impurezas y los restos de maquillaje.
Si te maquillas, quítate el maquillaje con un limpiador sin sulfatos ni detergentes para evitar que deje tu piel con un efecto seco.
Si no te maquillas, no te olvides de limpiar tu cara, la polución diaria deja impurezas en tu piel que puedes quitar con agua micelar.
Paso 2: Tonifica
Cuando tonificas tu piel, la preparas para absorber el resto de los productos, de manera eficaz. Un buen tónico hidrata y reequilibra el PH de tu piel, estimula sus mecanismos de defensa y reduce el tamaño de los poros.
Paso 3: Aplica el Sérum
Es importante tengas un buen tratamiento para tú rostro, incluyendo Serum.
El Sérum facial es una fórmula de activos en muy alta concentración y penetra en las capas más profundas de la piel. Hay Sérums para diferentes acciones: reparar, iluminar, hidratar, tratar las arrugas.
Este paso no es esencial para las pieles más jóvenes (aunque sí lo recomendamos para todas las edades) pero sí es muy potente en las pieles maduras.
Masajea 2-3 gotas del sérum en tus manos y aplícalo con toquecitos por todo el rostro.
Paso 4: Hidrata
¿Recuerdas la regla de oro? Los hidratantes suelen ser los productos con textura algo más densa que el Sérum, porque están diseñados para absorberse más lentamente. Esto ayuda a sellar la hidratación y proteger tu piel.
Hidratar el rostro es el paso imprescindible en toda rutina de cuidado de la piel.
Necesitamos de la humedad para mantener la elasticidad y el efecto barrera (impedir que la piel pierda agua y se deshidrate). Lo mejor es elegir hidratantes con aceites vegetales, ricos en Vitamina E y ácidos grasos, como el aceite de germen de trigo o el de rosa mosqueta.
Paso 5: Cada semana, una mascarilla facial
Entre 1-3 veces por semana, dependiendo de cuando sientas que tu piel lo necesita, toca una mascarilla.
¿Cuándo aplicar la mascarilla facial dentro de la rutina diaria?
Depende del tipo tipo de mascarilla. Si es hidratante, aplícala después del tónico (como todo lo que es hidratación). Si es de limpieza, aplícala antes del tónico, pero después de la limpieza.