Entre septiembre de 2024 y febrero de 2025, un total de 85 menores fueron reportados como desaparecidos en Sinaloa, con 22 de estos casos ocurriendo en Mazatlán. Las zonas más afectadas por estas desapariciones en el puerto incluyen las colonias Benito Juárez, Pradera Dorada y Santa Fe Los Ángeles, que son conocidas por su alta violencia y presencia de grupos criminales. Las desapariciones se atribuyen a factores como el secuestro, el tráfico de personas y el reclutamiento forzoso por parte de organizaciones delictivas.
La mayoría de los desaparecidos son adolescentes entre 15 y 17 años, siendo 57 varones y 28 mujeres. A pesar de activarse protocolos de búsqueda como la Alerta Ámbar y el Protocolo Alba, solo 23 menores han sido rescatados, lo que refleja la limitada efectividad de las estrategias en la región. La violencia y la influencia de cárteles en las zonas más afectadas han complicado la situación, haciendo que la crisis de desapariciones persista y sea difícil de resolver.
El periodo de mayor desaparición fue octubre, con 25 casos, mientras que febrero registró la cifra más baja, con solo 4 desaparecidos. La situación sigue siendo crítica en Sinaloa, particularmente en Mazatlán y Culiacán, donde los menores continúan siendo víctimas de violencia y explotación.