En la glorieta que conecta Paseo del Atlántico y la avenida Carlos Canseco, se erige la escultura denominada “El Venado Rojo”, una obra que se ha consolidado como emblema de identidad, fuerza y pertenencia para los habitantes del puerto.
La pieza, que se alza de manera imponente frente a propios y visitantes, trasciende lo ornamental al convertirse en un recordatorio constante de la fortaleza y el espíritu resiliente que caracterizan a Mazatlán. Su presencia no solo embellece el paisaje urbano, sino que también simboliza el orgullo de una ciudad que late al ritmo de sus mares y tradiciones.
Con el paso del tiempo, “El Venado Rojo” se ha transformado en un referente cultural y turístico que enmarca el carácter único del puerto, proyectando la esencia de una comunidad que vive y preserva con firmeza su legado.